Diferentes estudios apuntan a que el mejor momento del año para vender una vivienda es antes del verano, concretamente los meses de mayo y junio. ¿Por qué será?
En el artículo de hoy exponemos las claves para entender esta tendencia:
Días más largos con más luz
Uno de los principales requisitos a la hora de buscar casa suele ser la luz: que la casa donde vayamos a vivir sea luminosa. Es lógico pensar que, en primavera y verano, cuando los días son más largos, las casas en general tendrán mucha más luz y estarán en su momento pletórico, por lo que seremos más capaces de enamorarnos de una casa nada más verla. En invierno en cambio, en los días grises y lluviosos disminuye la luminosidad y nos frenamos a la hora de decidirnos a comprar una casa u otra.
Mayor flexibilidad y disponibilidad
Uno de los principales inconvenientes que manifiestan nuestros clientes es la falta de tiempo a la hora de buscar casa. No obstante, cada vez más empresas instauran el horario de verano en los trabajadores. De esta manera, resulta más fácil en esta época del año aprovechar las tardes para buscar casa y hacer muchas visitas, acortando el tiempo de búsqueda.
Fin del curso escolar
Para las familias con hijos, resulta muy complicado afrontar una mudanza en pleno curso escolar. Por eso, muchas familias aprovechan las vacaciones del verano, que comienzan a finales de junio, para hacer el cambio de casa. Para los padres sin duda, será también más fácil pedir días libres en el trabajo durante estos meses en los que la actividad disminuye en sus empresas o directamente emplear algún día de las vacaciones para poner la nueva casa a punto.
Mayor energía para afrontar cambios
El buen tiempo y el sol que caracteriza a nuestro país nos llena de energía y nos recarga las pilas. Nuestro cuerpo lo nota y por eso, cuando empieza la primavera nos encontramos más fuertes de ánimo. ¿O será que ya empezamos a pensar en las vacaciones del verano y por eso estamos de mejor humor? Sea cual sea el motivo, para afrontar un cambio tan grande como comprar una casa la mayoría de compradores prefiere hacerlo en primavera o a principios del verano.
Irse de vacaciones con la operación cerrada
A nadie nos gusta irnos de vacaciones con las cosas a medio terminar y mucho menos si se trata de la compa de nuestra casa. Julio y agosto suelen ser meses bajos en cuanto a operaciones inmobiliarias porque la tendencia es intentar dejarlo hecho antes de hacer las maletas de la playa. En contraposición, mayo y junio se convierten en los meses ideales para pasar por la Notaría y firmar la compraventa, dejando los deberes hechos y la mente tranquila para irnos de viaje.
Así que ya lo sabes, si estás pensando poner tu casa a la venta, no lo dudes, ¡ahora es el mejor momento!
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